Mis queridos Exageraditos:

Comunicado:

Hola, en primer lugar quiero darte las gracias por visitar mi blog, sea porque pasaste de casualidad o llegaste a través de otra persona, en segundo lugar me gustaría realmente visitar también tu blog, y más si eres mi seguidor porque me gustaría ser tu seguidora también; sin embargo, mi querido amigo, muchas veces no he podido acceder a tu blog porque no es visible el enlace respectivo, no es por falta de interés...¡jamás!, así que te pido un favor, si pasas por aquí y me sigues o no, te invito a dejarme un comentario, porque así me es más fácil llegar a tu blog. Si así lo haces no dudes que te visitaré prontito.
Palabra de Nina ♥
Mira que ya pasaron por aquí:

Gracias...los quiero

viernes, 24 de diciembre de 2010

¡Auxilio, llegó la Navidad!

¡Llegó la navidad! ¡ay! estas épocas a mi me ponen de lo mejor, todo es paz y armonía (al menos por unos días). Por ejemplo, mi vecino por estos días ya no me regaña cuando piso su jardín sin darme cuenta; mi mamá esta toda entretenida adornando la casa y llenándola de luces y demás cosillas; mi papá se la pasa cantando y silbando canciones navideñas y hasta mi bicho me pasa por alto mis niñerías y me consiente a más no poder. ¡Ah! realmente ¡cómo me gustan estas fechas!. El único problema que he encontrado es que mi presupuesto está por los suelos. Me he visto, literalmente, bombardeada por vocecillas de ultra tumba que me reclamaban sus regalos para esta navidad. Y es que esto es lo malo de que nuestras hermanas y primas tengan hijos, o de que cariñosamente tildemos de “sobrinitos” a los hijos de nuestras amigas, ya que automáticamente nos etiquetan como tías con el deber de regalar algo en cada cumpleaños, navidad, año nuevo, bajadas de reyes, día del niño, etc. etc.
Estoy que ya no puedo, y por más que me he esforzado en educar a los niños, en que navidad no es sólo regalos sino que es recordar el nacimiento de Jesús, no he logrado nada y el más perjudicado ha sido mi bolsillo, al cual han asaltado sin piedad. Así que, no me queda mas que pedir a mis padres que me adelanten mi navidad de los próximos cinco años, ya que ni rompiendo mi alcancía ni la de mi bichito (porque es el tío al fin de cuentas), nos ha alcanzado para tanta demanda.
Ya les contaré como me ha ido, sin embargo no quiero dejar pasar la oportunidad para desearles una feliz Navidad en compañía de sus padres, de sus hermanos, de sus bichitos y de todos aquellos que verdaderamente los amen.
Besos!!!

sábado, 18 de diciembre de 2010

La Tía Otilia

La tía Otilia es la tía más cariñosa que existe en el mundo. Mis hermanas y yo siempre la hemos visto como nuestra tía, sin embargo sólo es una gran amiga de mi madre; empero ello no impedía que cada navidad, cumpleaños, bajada de reyes, etc., etc. se apareciera por la casa cargada de regalos. Nosotras nos convertimos en sus sobrinas a fuerza, y a fuerza recuerdo que me cubría de besos y me apachurraba los cachetes a su antojo. La tía Otilia es de lo más cariñosa, sin embargo su inmenso cariño, no dejaba pasar desapercibido esa peculiar belleza que la caracteriza: labios rojo fuego, lentes de sol, cabello al estilo de los Ángeles de Charlie, versión antigua, vestido floreado de amplio escote, (en verano e invierno) tacones altos, amplio bolso tres veces su peso corporal, donde siempre suele llevar: aspirinas, lápiz de labios, rubores, agua de colonia, agua florida, sombras para día y noche, algodones, otro par de lentes (de lectura, aunque nunca los usa), libros, agenda personal, pañoletas, chicles de menta, una segunda muda de ropa (otro vestido floreado).
Tía Otilia es todo un personaje. Nunca se ha casado, aunque dicen las malas lenguas que le llovían los pretendientes, y que a todos los despachaba a la primera, al darse cuenta que ya habían olfateado los ahorros que guardaba celosamente.
Como todo personaje excéntrico, de tía Otilia se han dicho muchas cosas, algunas tan sórdidas que mi madre estuvo a punto de cerrarle la puerta de nuestra casa y negarle para siempre su amistad; sin embargo, no con poco esfuerza tía Otilia logró disipar sus dudas, tras una larga conversación de seis horas consecutivas. Después de ello, todo volvió a la normalidad. Sin embargo, nunca supimos de qué hablaron todo aquel tiempo.
Hoy tía Otilia se nos va al otro mundo…¡No! ¡no piensen mal! Se nos va de viaje a Europa, a residir allí. Dicen nuevamente las malas lenguas que allí vive un hijo suyo, al que ha ocultado durante treinta años; otros dicen que lo que motiva su viaje es un cincuentón que la ha enamorado y le ha prometido matrimonio; otros afirman que viaja huyendo de las deudas en las que ha incurrido por culpa de las apuestas en los casinos…¡en fin!
Lo único que sabemos es que tía Otilia se nos va y con ella se van los apachurrones, los besos color carmesí y el olor a naftalina que desprendía de sus típicos vestidos floreados de amplios escotes…

miércoles, 8 de diciembre de 2010

¡Libre al fin!

¡Libre al fin de tanto estrés!, ¡libre de tanto estudio, por fin terminaron las clases! Han sido días muy intensos. Metida en el salón de clases, miraba cómo los demás chicos reían sin preocupaciones y yo, la verdad, sí que las tenía, en realidad mi bicho y yo las teníamos; y digo que las teníamos porque hoy por fin aprobamos todo, ¡y si que teníamos que aprobarlo todo! mamá dijo que me prohibiría salir con el bicho por tres meses si es que no aprobaba todos los cursos. Eso fue mi principal motivación para ponerme a estudiar día y noche. Tardes enteras me las pasé estudiando mientras veía por la ventana de mi habitación a todas mis amigas salir a patinar o a la playa, mientras yo me tenía que broncear con la lámpara de mi cuarto. Muchas veces tuve que reprimirme el salir corriendo a la calle para hacer algo divertido o para encaminarme hacia la casa de mi bichito, pero no lo hice; además, a él le habían impuesto la misma prohibición: “No más Nina hasta que apruebes todos los cursos, eh”. Así que estábamos en la misma situación.
Les aseguro que tanto ha sido lo que he estudiado, que hasta llevo grabado en mi mente el olor de tantos libros que he leído, pero como les dije al principio, hoy ya no tengo nada de qué preocuparme, porque aprobamos todos los cursos y ahora tenemos carta libre para disfrutar de nuestras merecidas vacaciones. Sin embargo, prometo que no esperaré hasta el último momento para ponerme a estudiar, lo haré desde un principio. Ahora los dejó porque he de ir a buscar a cierto bichito al que pienso sacarle el jugo en este verano…

Más exageraciones por leer