¡Ay qué lindo pueden ser los momentos más sencillos junto a quien se ama!….¡uy!, cómo que estoy medio zafadita hoy día. Lo que sucede es que estoy recordando lo bonito que pasamos mi bicho y yo el día de ayer juntitos en el sofá de mi casa, mirando el "chavo del ocho" y riéndonos como locos, perdónenme, si a alguno no le gusta, pero es una costumbre familiar, y yo aunque no era tan pegada a las tradiciones familiares (algún día les contaré lo que se les ocurre a mis padres y a los padres de éstos) ayer caí presa del encanto de estar tranquila en casa, tomando cafecito, bien acurrucadita con mi bichito, viendo Tv. Debo confesarles que aprovechábamos que nadie nos veía para mirarnos de reojo y pues…ya saben...unos piquitos no le hacen daño a nadie, eso sí, tenía que estar bien “mosca” porque mi papi, que se alucina Sherlock Holmes, entraba y salía, miraba y remiraba y con cada tosecita que hacía, nos desinflaba la inspiración, pero igual lo pasamos genial, ¡hacía tiempo que no me sentía tan bien!
Ahora los dejo porque ya me dieron ganas de llamarlo, hace dos horas, diez minutos y veintidós segundos, que no sé dónde estará. Voy corriendo a buscar mi cuaderno con todos sus horarios. No crean que lo tengo controlado, noooooo, llámenle amor, simplemente amor…
Ahora los dejo porque ya me dieron ganas de llamarlo, hace dos horas, diez minutos y veintidós segundos, que no sé dónde estará. Voy corriendo a buscar mi cuaderno con todos sus horarios. No crean que lo tengo controlado, noooooo, llámenle amor, simplemente amor…